lunes, septiembre 22, 2008

Purple rain


Ya llegó el otoño, por la espalda y sin avisar. De repente se pone a llover como si tuviera prisa, a caer rayos y truenos como en el día del juicio final (excepto por la lluvia de azufre claro).
No recuerdo nunca haberme despertado a causa de relámpagos y truenos hasta esta noche (lo más probable es que sea por la poca memoria que tengo). Y la verdad es que me sentí un poco acongojado, sobretodo porque me había dormido con la noticia del coche-bomba de ETA y los truenos eran bastante exagerados. Así que os podéis imaginar mi cara de “susto o muete” cuando abrí un ojo al despertarme con un trueno y acto seguido vi un relámpago que iluminó toda la habitación; todo ello aderezado con los ruidos de personas hablando por haberme dejado la radio puesta, que mi adormilada imaginación confundió con personas discutiendo en la calle (eso si, a las 4:40 de la mañana de un domingo, una buena hora para discutir en la calle, no? ).

Por cierto, no os perdáis las declaraciones del Presidente de Cantabria a la Cadena Ser, no tienen desperdicio:



Y así es, llegamos al otoño, con el paraguas en una mano y en la otra un escudo de acero para defendernos de los granizos como pelotas del golf, una lancha bajo los pies para que no nos lleven las riadas que se crean en plena calle ( noticia ) etc y luego resulta que según nuestro gran sabio y filósofo Jose-María Aznar no hay cambio climático, pues eso.
Con lo que me gusta disfrutar de la lluvia repiqueteando sobre el alfeizar de mi ventana, el fresco al abrir las ventanas; y ponerme capas y capas de ropa para salir a la calle (y esto no es en tono irónico), creo que este otoño lo voy a disfrutar…

1 comentario:

Quico dijo...

A mi el otoño me ha pillado por sorpresa y con fiebre, como siempre, pero bueno, tengo un buen arsenal de frenadol, una de esas pocas cosas que de verdad funcionan como en los anuncios =)

Un abrazo y descansa bien esta noche!